VII ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez
Te adoramos Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
Del Evangelio según San Lucas:
Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte (Lc. 23,34).
Meditación extraída y adaptada del libro Como quieras tú de Francisco Fernández Carvajal
Padre, perdónales… Son palabras del Señor que nos devolverán la esperanza si en algún momento de nuestra vida apareciera el desánimo, como consecuencia de nuestros errores y faltas de correspondencia a la gracia. ¿No nos va a perdonar el Señor si sembró de perdones el Calvario, cuando le insultaban y le hacían sufrir lo indecible? ¿No nos dará las gracias necesarias para seguir en el camino?
Por muy duro y poco generoso que sea mi pasado, puedo decir hoy una vez más: Ahora comienzo. Y por muchas veces que lo haya dicho, puedo repetirlo de nuevo cada mañana. ¡Ahora comienzo de nuevo! El amor de Dios por cada uno de nosotros no tiene límites, no se para ante ninguna barrera; sólo espera un terreno humano honrado para dar sus frutos. Una buena tierra hecha de sinceridad, de rectitud de intención. El amor del Señor se expresa muchas veces en su perdón. También nuestro amor a los demás.
Oración:
Señor, incluso en tu caída, seguís pensando en nosotros. Llagado, con la cruz a cuestas, y las palabras que te salen son de súplica por nuestras culpas. Te pedimos que nos des la fortaleza de poder comenzar de nuevo, de dejar el pecado y abrirnos a tu amor.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.