Estacion

XII ESTACIÓN

Jesús muere en la cruz

Te adoramos Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Del Evangelio según San Lucas:

Era casi mediodía y se oscureció toda la tierra hasta media tarde, porque el sol había dejado de brillar. La cortina del Templo se rasgó por la mitad. Y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «¡Padre, en tus manos entrego mi espíritu!». Y, después de decir esto, expiró (Lc. 23, 44-46).

Meditación extraída y adaptada del Vía Crucis Misionero del P. Luis Zazano

La muerte nos toca a todos y siempre deja huellas. Nos duele perder a quienes amamos, pero nuestra fe nos recuerda que la muerte no es el final, sino un paso hacia la vida eterna. Jesús, con su entrega, nos muestra que incluso en el dolor hay esperanza, que después de la oscuridad siempre llega la luz.

A lo largo de nuestra vida, también dejamos atrás momentos, etapas y hasta partes de nosotros mismos. Pero cada despedida, cada pérdida, puede ser un paso más en nuestro camino, si lo vivimos con la confianza de que Dios sigue guiando nuestros pasos.

Oración:

Señor, tu muerte nos llena de dolor, pero en ella descubrimos el inmenso amor que nos tenés. Danos la fe para confiar en Vos en los momentos de oscuridad, para seguirte aun cuando todo parezca incierto, “pues mi corazón está inquieto hasta que descanse en vos” (San Agustín).

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.