
IV ESTACIÓN
Jesús se encuentra con su madre
Te adoramos Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
Del Evangelio según San Juan:
«Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: «Ya no tienen vino». Pero Jesús le contestó: «Mujer, ¿qué tiene que ver eso con nosotros? Todavía no ha llegado mi hora». Pero su madre dijo a los que servían: «¡Hagan lo que él les diga!» (Jn. 2,3-5).
Meditación extraída y adaptada del Vía Crucis Misionero del P. Luis Zazano
En este tiempo de gracia, el Papa Francisco nos invita a mirar a María, nuestra Madre. En este Año Santo, las puertas de la Iglesia se abren como signo de que las puertas del cielo siempre están abiertas para todos.
María está ahí, en cada caída, en cada momento de miedo o incertidumbre. No camines solo, dejate acompañar por su ternura y su amor de Madre. En Ella siempre encontrarás consuelo, fortaleza y la esperanza para seguir adelante.
Oración:
María, Madre de Dios y Madre nuestra, cuánto deseamos seguir a Jesús con la misma fidelidad con la que vos lo hiciste.
Enseñanos a permanecer firmes junto a Él, incluso en los momentos difíciles. Que nuestro “sí” sea generoso como el tuyo, y que, aún en medio del dolor, sepamos caminar con confianza a su lado, sosteniéndonos en tu amor de Madre.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.