
VIII ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Te adoramos Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
Del Evangelio según San Lucas:
Seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y se lamentaban por él. Pero Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: «¡Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí! Lloren más bien por ustedes y por sus hijos» (Lc. 23,27-28).
Meditación extraída y adaptada del Vía Crucis Misionero del P. Luis Zazano
Jesús nos muestra cómo enfrentar la adversidad sin encerrarnos en nuestro propio dolor. En lugar de volverse hacia sí mismo, se entrega y da vida a quienes lo rodean. Su ejemplo nos invita a no quedarnos atrapados en nuestras dificultades, sino a abrir los ojos y el corazón a los demás.
Consolar es un gesto de esperanza. En este Año Jubilar, que nuestro corazón se llene de esa esperanza para poder acompañar, sostener y ser alivio para quienes caminan a nuestro lado.
Oración:
Señor, enseñanos a olvidarnos un poco de nosotros mismos para entregarnos a los demás. Que nuestra entrega sea sincera, sin reservas, y que en cada gesto de amor nos unamos más a Vos.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.