
II ESTACIÓN
Jesús con la cruz a cuestas
Te adoramos Cristo y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
Del Evangelio según San Lucas:
Los hombres que habían detenido a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban y, tapándole los ojos, le decían: «¡Adivina!, ¿quién te pegó?». Y le gritaban toda clase de insultos (Lc. 22,63-65).
Meditación extraída y adaptada del Vía Crucis Misionero del P. Luis Zazano
Si alguna vez el cansancio, la tristeza o las dificultades nos abruman, detengámonos un momento y miremos a Jesús en su Pasión. Él, que soportó el dolor, la soledad y el abandono por amor a nosotros, nos comprende en lo más profundo. Cuando nos sintamos desbordados, cuando las palabras duelan o el esfuerzo parezca en vano, recordemos que su mirada está puesta en nosotros.
Jesús nos mira con ternura, con ojos llenos de amor y compasión, y olvida su propio sufrimiento para sostener el nuestro. Dejemos que su mirada nos alcance el alma, nos devuelva la paz y renueve nuestras fuerzas para seguir adelante.
Oración
Señor, en medio del esfuerzo de cada día, cuando el cansancio, las preocupaciones o las dificultades nos desalientan, recordanos que no caminamos solos. Ayudanos a llevar con valentía nuestras cruces, a no huir de ellas, sino a abrazarlas con la certeza de que Vos estás a nuestro lado.
Danos la fortaleza para seguir adelante y la confianza para elegir siempre el camino que nos conduzca al consuelo y la paz de tu mirada.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.